El Corazón y la Mente parte 1
La mente es un campo de batalla. Un
pensamiento puede hacer que yo tomé decisiones que atenten contra el bien común
de las personas a mi alrededor. Ella es la gasolina que alimenta un fuego. En
sí, se podría encontrar en nuestras emociones y deseos, el famoso “corazón.” Este
alberga también nuestras intenciones y deseos más profundos.
En esta ocasión vamos a hablar del “corazón.” Ese órgano ficticio diferente a nuestro corazón humano, es del cual, según nuestros conceptos más arraigados, provienen las emociones. Este, incluso ha motivado frases como “me duele el corazón”, “me rompieron el corazón.” Ahora bien, es necesario aclarar que nuestro corazón físico sí se puede ver afectado al recibir una emoción fuerte, y puede incluso desgarrarse. Esta condición médica existe, y se debe al dolor emocional originado en nuestra mente donde guardamos nuestro corazón emocional. Veamos qué nos dice la Biblia sobre este tema.
En la Biblia, 50 versículos en específico hablan de este órgano. Lo más curioso es que en todos estos versículos, se hace referencia al corazón de forma similar, pero en esencia nos muestra características distintas de las emociones que el corazón es capaz de generar, tanto negativas como positivas. En algunos de estos pasajes se le otorgan características, cómo, la fuente o el rumbo de la vida en Proverbios 4:23 (Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida) y también se nos indica que el corazón refleja quienes somos en Proverbios 27:19 (Así como el rostro se refleja en el agua, el corazón refleja a la persona tal como es. La Biblia nos indica que debemos deleitarnos en el Señor para que nuestros deseos se cumplan en el Salmo 37:4 (Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón). Además, Jesús nos habla del tesoro de nuestro corazón en Mateo 6:21 (Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón). También se nos habla de las bondades de un corazón alegre en Proverbios 17:22 (El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu quebrantado consume las fuerzas). Jesús también nos habla de lo que podemos hacer al no tener dudas en nuestro corazón en Marcos 11:23 (Les digo la verdad, ustedes pueden decir a esta montaña: “Levántate y échate al mar”, y sucederá; pero deben creer de verdad que ocurrirá y no tener ninguna duda en el corazón).
En resumen, mi “corazón” determina el rumbo de mi vida a
través de mis deseos. Estos deseos reflejan quien soy como persona integral en la
sociedad. Jesús me advierte que un corazón alegre es buena medicina, y también que
debo confiar en Él y debo creer en mi corazón que las cosas ocurrirán, suena ¡fantástico!
Vemos también como la Biblia nos dice los siguiente en Jeremías 17:9-10 (9 El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?10 Pero yo, el Señor, investigó todos los corazones y examinó las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones)
Si hacemos un cambio
sutil en este versículo y reemplazamos el corazón por la mente quedaría de esta
forma (9 la mente humana es lo más
engañoso que hay, y extremadamente perversa. ¿Quién realmente sabe qué tan mala
es? 10 Pero yo, el Señor, investigó toda la mente y examinó las intenciones
secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones),
por pequeño que pueda parecer esto da un contexto un tanto distinto porque
nos hace comprender que todas estas cosas están contenidas en nuestra mente y
por consiguiente en nuestros pensamientos. No es coincidencia que la enfermedad
del siglo, el estrés, cause depresión y ansiedad, e incluso tenga que ver
directa o indirectamente con la mente.
Romanos 12:2 nos da una recomendación importante con respecto a esto. Debemos renovar nuestro entendimiento y la forma en la que controlamos nuestros pensamientos he incluso nuestros sentimientos y emociones (2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta). Jesús nos hace otra recomendación en Mateo 22:37 (Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente). Él sabe que estas 3 cosas están contenidas en la mente y que se debe decidir constantemente amar al Señor, entrar en comunión con Él para que podamos resistir las condiciones actuales en las que vivimos y en las que nos hemos puesto por nuestros deseos egoístas.
Para cerrar esta parte, me gustaría también que vieras este versículo de Proverbios 3:1-2 (1 Hijo mío, nunca olvides las cosas que te he enseñado; guarda mis mandatos en tu corazón. 2 Si así lo haces, vivirás muchos años, y tu vida te dará satisfacción).
La palabra de Dios, la
Biblia contiene sus mandatos. Te motivamos a que medites en este pasaje de Proverbios
mientras esperas la segunda parte de esta publicación. Lee la Biblia para que
puedas encontrar el agua viva que proviene de Jesús.
En esta ocasión vamos a hablar del “corazón.” Ese órgano ficticio diferente a nuestro corazón humano, es del cual, según nuestros conceptos más arraigados, provienen las emociones. Este, incluso ha motivado frases como “me duele el corazón”, “me rompieron el corazón.” Ahora bien, es necesario aclarar que nuestro corazón físico sí se puede ver afectado al recibir una emoción fuerte, y puede incluso desgarrarse. Esta condición médica existe, y se debe al dolor emocional originado en nuestra mente donde guardamos nuestro corazón emocional. Veamos qué nos dice la Biblia sobre este tema.
En la Biblia, 50 versículos en específico hablan de este órgano. Lo más curioso es que en todos estos versículos, se hace referencia al corazón de forma similar, pero en esencia nos muestra características distintas de las emociones que el corazón es capaz de generar, tanto negativas como positivas. En algunos de estos pasajes se le otorgan características, cómo, la fuente o el rumbo de la vida en Proverbios 4:23 (Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida) y también se nos indica que el corazón refleja quienes somos en Proverbios 27:19 (Así como el rostro se refleja en el agua, el corazón refleja a la persona tal como es. La Biblia nos indica que debemos deleitarnos en el Señor para que nuestros deseos se cumplan en el Salmo 37:4 (Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón). Además, Jesús nos habla del tesoro de nuestro corazón en Mateo 6:21 (Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón). También se nos habla de las bondades de un corazón alegre en Proverbios 17:22 (El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu quebrantado consume las fuerzas). Jesús también nos habla de lo que podemos hacer al no tener dudas en nuestro corazón en Marcos 11:23 (Les digo la verdad, ustedes pueden decir a esta montaña: “Levántate y échate al mar”, y sucederá; pero deben creer de verdad que ocurrirá y no tener ninguna duda en el corazón).
Vemos también como la Biblia nos dice los siguiente en Jeremías 17:9-10 (9 El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?10 Pero yo, el Señor, investigó todos los corazones y examinó las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones)
Romanos 12:2 nos da una recomendación importante con respecto a esto. Debemos renovar nuestro entendimiento y la forma en la que controlamos nuestros pensamientos he incluso nuestros sentimientos y emociones (2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta). Jesús nos hace otra recomendación en Mateo 22:37 (Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente). Él sabe que estas 3 cosas están contenidas en la mente y que se debe decidir constantemente amar al Señor, entrar en comunión con Él para que podamos resistir las condiciones actuales en las que vivimos y en las que nos hemos puesto por nuestros deseos egoístas.
Para cerrar esta parte, me gustaría también que vieras este versículo de Proverbios 3:1-2 (1 Hijo mío, nunca olvides las cosas que te he enseñado; guarda mis mandatos en tu corazón. 2 Si así lo haces, vivirás muchos años, y tu vida te dará satisfacción).
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