¿Qué significa la espiritualidad?
Para poder crecer en el conocimiento de Dios y llegar a obtener madurez como una persona cristiana, es necesario alimentar el espíritu con actividades que nos recuerden que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y que podemos llegar a ser un vivo reflejo de Él con nuestras vidas y nuestras acciones. Para poder alcanzar esto, debemos aprender a ver a Dios en todo lo que hacemos y aprender a depender de Él. Esto nos va a ayudar a crecer y fortalecer la relación que tenemos con Él. La espiritualidad precisamente apunta hacia lograr una madurez en Cristo a través de la conexión que tengo con Él mediante su Espíritu que habita en nosotros. Esto nos permite poder llegar a conocerlo más y acercarnos más a Él. Esto implica que cada persona debe voluntariamente, no solamente tener el deseo y la disposición de buscarlo, sino mostrar evidencia que efectivamente confirme y dé testimonio de que lo conocemos. Por ejemplo, no podemos decir que conocemos a Dios si nuestras acciones hacia otras personas demuestran lo contrario. Si mis acciones no muestran amor por el prójimo, no puedo decir que soy una persona madura espiritualmente (Marcos 12: 30-31). Mis frutos deben reflejar una sana relación con mi creador y salvador (Mateo 7: 15-20).
Hay algunas actividades que se pueden implementar para incentivar la espiritualidad y el acercamiento a Dios. Creo que en primera instancia y fundamentalmente, se debe poder tener acceso a la palabra de Dios debido a que ella es la que nos guía a toda verdad (Juan 8: 32). Ella contiene una amplia gama de lineamientos sobre como convertirnos en verdaderos discípulos y seguidores de Cristo. De la palabra se derivan otras actividades no menos importantes, como lo son la oración constante (I Tesalonicenses 5: 16), el servir a otros (Mateo 20: 27-18), ser buenos administradores de lo que Dios nos ha otorgado (I Pedro 4: 10), compartir con otras personas las buenas nuevas (Mateo 28: 19-20), y la alabanza y adoración que debemos rendir a Dios porque Él la merece (I Timoteo 1: 17). Estas actividades junto con alguna otra que se enfoque en glorificar, servir, y acercarnos a Dios, conforman lo que nos permite llegar a y crecer en el conocimiento de Dios para tener una buena relación con Él y alcanzar la madurez espiritual.
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