¿Mentirosos consumados o dementes fascinados?
¿Sabe usted qué es un mártir? Un mártir es una persona que
sufre o muere por defender sus ideales o religión, pero ¿Cómo saber que estuvieron
dispuestos a morir por un hecho y no por una mentira?
En la Biblia podemos encontrar
personas que estuvieron dispuestos a morir porque habían entendido quien era
Jesús para sus vidas, al conocerlo sus vidas cambiaron y fueron redimidos. Un
ejemplo de esto fue Saulo de Tarso, quien antes de su conversión, se encargaba
de encarcelar y matar a los seguidores de Cristo, pero cuando comprendió quien
es el Señor se dedicó a llevar su mensaje a todas aquellas personas que no le
conocían y su nombre fue cambiado a Pablo.
Pablo escribe en Filipenses 1:21 “Porque
para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”
Al igual que el caso de Pablo, podemos
leer y confiar en el testimonio de los doce apóstoles, quienes fueron testigos
oculares de la muerte y resurrección de Cristo, once de estos hombres sufrieron
muertes muy dolorosas; la crucifixión, a espada, apedreados entre otras. Si la resurrección
de Jesús hubiera sido una mentira, los discípulos lo hubieran sabido y por lo
tanto hubieran muerto estando conscientes de esta mentira. Sin embargo, ellos
mismos debían estar convencidos de la resurrección de Jesús como hijo de Dios,
inclusive Tomás tuvo que poner sus dedos en las marcas de los clavos para estar
convencido de que en verdad era Jesús y por esta razón fue que tiempo después
murió como mártir.
Pedro dijo: “Porque no os hemos
dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo
fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su
majestad.” (2 Pedro 1:16)
La “Encyclopedia Britannica”,
registra que la muerte de Pedro fue crucificado con la cabeza hacia abajo, mostrando
así la firmeza de su testimonio.
Paul Little pregunta: “Estos hombres quienes ayudaron a transformar la estructura moral de la sociedad, ¿fueron mentirosos consumados o dementes fascinados? Es más difícil creer en estas alternativas que creer en el hecho de la resurrección y no existe ni una pizca de evidencia que lo apoye”.
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