El Corazón y la Mente parte 2
En nuestra primera parte hablamos del corazón, nuestro corazón emocional, mi “corazón” determina el
rumbo de mi vida a través de mis deseos, los cuales reflejan quién soy como persona integral en la
sociedad, y Jesús me advierte que un corazón alegre es buena medicina, y también que no debo tener
duda en mí y debo creer en mi
corazón que las cosas ocurrirán.
Adicionalmente también
establecimos la similitud que hay entre el “corazón” y la mente, y Jeremías 17:9-10, nos
mostró tal vez la característica más negativa de este, “engañoso y perverso”
Ahora bien, hoy vamos a hablar
de la mente de Jesucristo y cómo podemos comprender y obtener a través del
dominio del Espíritu Santo en nuestras vidas veamos 1 Corintios 2:11-13 (En efecto, ¿quién conoce los
pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo,
nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de
Dios. 12 Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el
Espíritu que procede de Dios, para que entendamos lo que por su gracia Él nos
ha concedido. 13 Esto es precisamente de lo que hablamos, no con las
palabras que enseña la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu,
de modo que expresamos verdades espirituales en términos espirituales.)
Es imposible engañar
al Espíritu Santo, Él conoce lo más profundo de nuestro ser, es Dios mismo,
muestras intenciones le son descubiertas, ahora bien, nosotros hemos recibido
por medio del sacrificio en la cruz el espíritu de vida que procede de Jesús.
Él mismo nos aclara
que el Espíritu Santo va a venir cuando Él ya no esté, como El Consolador y
como un abogado defensor Juan 16:7 (En realidad, es mejor para ustedes que me
vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si
me voy, entonces se lo enviaré a ustedes) porque es la pieza del gran
rompecabezas, esto lo dijo en preparación para lo que se venía y a los mismos
discípulos les costaba entender el mensaje de Jesús, el mismo se lo dijo a Pedro
cuando este le dijo Eres Él hijo de Dios, noten la respuesta que le da Jesús,
Mateo 16:17 (Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de
Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los
cielos.) en otras palabras, no te lo dije yo, está llegando a tu mente como una
pequeña muestra del poder y la gloria de Dios.
Tener la mente de Jesucristo es la
mente del mismo Dios, son tres en uno, por eso en 1 de Corintios 2-11-14 (El
que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues
para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente.
¡Cómo nos cuesta entender los planes que tiene Dios para nuestra vida!,
solamente por el Espíritu Santo podemos comprender que nuestros deseos pueden
no ser lo que necesitamos para crecer y dar fruto, Jeremías 17:9 (9 El corazón
humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente
sabe qué tan malo es? (engañoso y perverso) podrá parecer reiterativo, pero si
nuestra mente y corazón en nuestra humanidad no se somete a la dirección del Espíritu
Santo, todo lo concerniente a la Fe nos va a parecer ridículo, y esto es
exactamente lo que debemos evitar a toda costa.
Nuestro pensamiento
debe ser Jesucristo, nuestro enfoque debe mantenernos pegados a Él, recibiendo
su palabra para que seamos renovados y podamos pensar como Dios piensa, esto es
el tener acceso a una relación íntima con Él, 1 Corintios 2:16 ¿quién ha
conocido la mente del Señor para que pueda instruir lo? Nosotros, por
nuestra parte, tenemos la mente de Cristo.
La sabiduría he
instrucción vienen por el oír La Palabra de Dios, mantengamos una renovación de
nuestra mente para poder conocer la mente de Jesucristo.
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