3 En ese tiempo, el diablo se le acercó y le dijo:
—Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en
pan.
4 Jesús le dijo:
—¡No! Las Escrituras dicen:
“La gente no vive solo de pan,
sino de cada palabra que sale de la boca de
Dios”.
Mateo 4:3-5
El pan de la discordia (no solo de pan vivirá el hombre)
Entrando ya en la recta final del año, podemos notar cómo se va generando un ambiente más enfocado de reflexión y unión, un tiempo para estar en familia y disfrutar las bendiciones del Señor. Sin embargo, también es un tiempo que se puede prestar para excesos y tentaciones como codiciar las cosas materiales de este mundo.
Aunque si bien es cierto es un hecho que atravesamos por un tiempo de pandemia, esto no nos ha detenido para tratar de continuar con nuestras vidas lo más normal posible en todos los ámbitos de la cotidianidad.
Es aquí cuando nos vemos fuertemente tentados a “llenarnos” con motivaciones y pensamientos fuera de la voluntad de Dios. Puede que sea más atractivo alimentarnos con un tipo de alimento nocivo no solo para nuestro cuerpo sino también para nuestro espíritu.
Somos seres humanos que necesitamos alimentarnos no solo con comida sólida, sino también con la Palabra de Dios, con Sus Escrituras, las cuales nos fortalecen y nos llenan de vida.
1 Pedro 2:2 nos exhorta a desear el alimento espiritual con bastante intensidad como si aún estuviésemos en pañales (2 Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo)
Si comemos y bebemos para mantener fortalecido nuestro cuerpo y poder movernos con libertad y vivir en salud, con muchísima más razón debemos buscar en todo tiempo este alimento espiritual que tenga nuestro espíritu nutrido, fortalecido y afinado a la voz de Dios.
Para poder resistir la tentación, identificarla claramente y poder responder como Jesús lo haría.
El último día del festival, el más importante,
Jesús se puso de pie y gritó a la multitud: «¡Todo el que
tenga sed puede venir a mí!
Juan 7:37
Por último, no debemos ignorar que
este acto o desafío por parte de satanás no estaba dirigido solo a la carne o
humanidad de Jesús, estaba retando nuevamente la autoridad Divina y el poder
que Dios había impuesto en Jesús y por ende su Señorío sobre todo lo que hay. Es
por esto que debemos estar pegados a la vid, a Jesús nuestro Señor, para poder
enfrentar la tentación, resistir y salir victoriosos.
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