El costo por afanarnos.

 


Cada vez que empezamos un nuevo año, nos proponemos metas y objetivos en distintas áreas de nuestra vida, con el fin de obtener diferentes resultados de la situación actual en la que nos encontramos, sin embargo, es importante recordar que no importa cuál sea esa meta, es Dios el que está en control de tu vida y la mía, pero en ocasiones esto se nos llega a olvidar y nos perdemos dentro de tanto afán.

Deseo en este momento hablar de la parábola del sembrador que salió a sembrar semillas, la cual encontramos en el capítulo 13 de Mateo, en esta parábola Jesús explica cómo las semillas fueron sembradas pero su fruto nunca prevaleció, quiero resaltar un caso específico que Jesús mencionaOtra parte cayó entre espinos, pero los espinos crecieron y la ahogaron. Más adelante, Jesús explica esta situación de la siguiente manera “La semilla sembrada entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de este mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, por lo que ésta no llega a dar fruto”.

Entonces al leer esto, detengámonos un momento a pensar, no dejemos que, en el afán de lograr todas estas metas, opaquemos lo que Dios quiere decirnos a cada uno de nosotros, porque por nuestras propias fuerzas solo nos cansaremos en el camino.

En la Biblia dice que:

 “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Filipenses 4:6

Así que sigamos este consejo, presentemos todos nuestros planes al Señor, no nos afanemos y pidámosle que nos ayude a confiar en su perfecta voluntad, démosle gracias por lo que Él ha permitido en nuestras vidas y en lo que no también, para que la semilla no sea ahogada entre espinos.

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29:11 

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