El perfecto diseño de Dios


“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.”

Salmos 19:1


Al leer este versículo, nos puede llamar la atención por lo poético que es, pero ¿se ha planteado usted la veracidad de este, viéndolo desde la perspectiva de la creación?

Los argumentos teleológicos son aquellos que proporcionan evidencia científica del universo en relación con Dios, y entre ellas podemos encontrar;

 

·         El 21% de oxígeno en el aire es el justo para la vida (si hubiera más nos quemaríamos y si hubiera menos nos asfixiaríamos).

·         El sol está justo a la distancia de la tierra (si estuviera más cerca nos quemaríamos, y si estuviera más lejos nos congelaríamos);

·         La inclinación de la tierra es la correcta para la vida (de lo contrario sería demasiado fría en la noche     y demasiado caliente en el día).

·         La fuerza gravitacional es la justa para hacer posible el movimiento para impedirnos que volemos en     el espacio.

·         La posición de Júpiter es la correcta para proteger la tierra de que los cuerpos cósmicos nos destruyan.

·         La fuerza nuclear es la justa para mantener juntos los átomos.

Entonces, de acuerdo a lo anterior podemos observar que Dios pensó en cada aspecto del entorno que nos rodea, para que la humanidad pudiera habitar, habiendo una perfecta armonía entre nuestras necesidades y el universo, por esto tanta perfección no podía surgir por suerte, porque es un diseño planificado e inteligente, inclusive podemos darnos cuenta de que de hecho el universo fue antes que el ser humano, por lo cual el creador tiene que ser en esencia, mayor a lo creado. En relación con lo anterior, el científico Albert Einstein expresó;

“La armonía de la ley natural revela una inteligencia de tal superioridad que, comparada con ella, todo el pensar y actuar sistemático de los seres humanos es un reflejo completamente insignificante"

En conclusión, usted y yo no estaríamos en este mundo si Dios no lo hubiera deseado y por eso la naturaleza misma habla del amor de Él hacia nosotros.

“Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén.” Romanos 11:36

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